En 2020 y 2023, el gobierno federal cambió su postura sobre quiénes podían donar órganos y sangre de manera segura, reduciendo las restricciones para hombres que tienen sexo con hombres.
Pero las limitaciones que impone la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) sobre la donación de tejidos, un término general que abarca desde los ojos hasta la piel y los ligamentos, siguen vigentes.
Defensores, legisladores y grupos enfocados en eliminar estas barreras, en particular la de la donación de córneas, dijeron sentirse frustrados porque la FDA no ha escuchado sus pedidos.
Lo que piden es que las pautas para los tejidos donados por hombres gays y bisexuales sean las mismas que aplican al resto del cuerpo humano.
Por años, estos grupos han estado pidiendo a la FDA que reduzca el período de aplazamiento de cinco años a 90 días, lo que significaría que un hombre que ha tenido relaciones sexuales con otro hombre podría donar tejidos siempre que dichas relaciones no hayan ocurrido dentro de los tres meses previos a su muerte.
Una de las voces que pide con más fuerza la reducción de estas restricciones es Sheryl J. Moore, quien ha sido una defensora desde la muerte de su hijo de 16 años, en 2013. Los órganos internos de Alexander “AJ” Betts Jr. se donaron exitosamente a siete personas, pero sus ojos fueron rechazados debido a una única pregunta realizada por la red de donantes: “¿AJ es gay?”.
Moore y un médico de Colorado llamado Michael Puente Jr. iniciaron una campaña llamada “Legalize Gay Eyes” que captó la atención de grupos nacionales de oftalmología y legisladores.
Puente, oftalmólogo pediátrico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado y del Hospital de Niños de Colorado, dijo que el actual mosaico de directrices para donantes no tiene sentido considerando los avances en la capacidad de examinar a los donantes potenciales para detectar el VIH.
“Un hombre gay puede donar todo su corazón para un trasplante, pero no puede donar solo la válvula del corazón”, dijo Puente, quien es gay. “Es esencialmente una prohibición categórica”.
La justificación de estas políticas, establecidas hace 30 años como un medio para prevenir la transmisión del VIH, ha sido socavada por el conocimiento adquirido a través del progreso científico.
Los que abogan por cambiar estas políticas dicen que ahora son innecesarias y discriminatorias porque se enfocan en grupos específicos de personas en lugar de en comportamientos particulares conocidos por aumentar el riesgo de VIH.
Desde 2022, el Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA ha incluido en su agenda cambios en las pautas de donación de tejidos, pero aún no ha tomado acciones concretas al respecto.
“Es simplemente inaceptable”, dijo el representante Joe Neguse (demócrata de Colorado) en un comunicado. Fue uno de los muchos miembros del Congreso que, en 2021, firmaron una carta diciendo que las actuales políticas de diferimiento perpetúan el estigma contra los hombres gays y deberían basarse en evaluaciones de riesgo individualizadas
“La política de la FDA debe derivarse de la mejor ciencia disponible, no de sesgos y prejuicios históricos”, decía la carta.
La FDA dijo a KFF Health News en un mensaje que, “aunque el riesgo absoluto de transmisión del VIH debido a procedimientos quirúrgicos oftalmológicos parece ser remoto, aún existen riesgos relativos”.
La agencia federal revisa rutinariamente el cribado y las pruebas de donantes “para determinar qué cambios, si los hay, son apropiados basados en el conocimiento científico y tecnológico en evolución”, dijo el comunicado. La FDA proporcionó una respuesta similar a Neguse en 2022.
En 2015, la FDA eliminó una política denominada “prohibición de sangre” (blood ban), que impedía a los hombres gays y bisexuales donar sangre, antes de reemplazarla en 2023 por una política que trata a todos los donantes potenciales de la misma manera.
Cualquiera que, en los últimos tres meses, haya tenido sexo anal y un nuevo compañero sexual o más de un compañero sexual no puede donar. Un estudio de la FDA encontró que, aunque los hombres que tienen sexo con hombres constituyen la mayoría de los nuevos diagnósticos de VIH en el país, un cuestionario era suficiente para identificar eficazmente a los donantes de bajo riesgo frente a los de alto riesgo.
El Servicio de Salud Pública de EE.UU. modificó las pautas para la donación de órganos en 2020. Nada impide a los hombres gays sexualmente activos donar sus órganos, aunque si han tenido sexo con otro hombre en los últimos 30 días (antes era un año) el paciente que va a recibir el órgano puede decidir si aceptarlo o no.
Pero Puente dijo que hombres gays como él no pueden donar sus córneas a menos que hayan sido célibes durante los cinco años previos a su muerte.
Descubrió que, en un solo año, al menos 360 personas habían sido rechazadas como donantes de córneas porque eran hombres que habían tenido sexo con otro hombre en los últimos cinco años, o en el último año en el caso de los donantes canadienses.
Las córneas son las pátinas transparentes que protegen los ojos del mundo exterior. Tienen el aspecto y la consistencia de una medusa transparente, y si un paciente recibe una puede significar que vuelva a ver. No contienen sangre ni ningún otro fluido corporal capaz de transmitir el VIH.
Los científicos sospechan que es por eso que no hay casos conocidos de un paciente que haya contraído VIH por un trasplante de córnea, incluso en casos en que esas córneas provenían de donantes de órganos que infectaron a recipientes.
Actualmente, a todos los donantes, ya sean de sangre, órganos o tejidos, se los examina para detectar VIH y dos tipos de hepatitis. Estas pruebas no son perfectas: aún existe lo que los científicos llaman un “período de ventana” posterior a la infección durante el cual el cuerpo del donante aún no ha producido una cantidad detectable del virus.
Pero tales ventanas ahora son bastante estrechas. Investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) encontraron que las pruebas de ácido nucleico, que se utilizan comúnmente para examinar a los donantes, tienen poca probabilidad de fallar en detectar a alguien con VIH a menos que lo haya adquirido en las dos semanas anteriores a la donación.
Otro estudio estimó que, incluso si alguien tuvo sexo con una persona VIH positiva un par de semanas a un mes antes de donar, las probabilidades de que una prueba de ácido nucleico no detectara esa infección son menores a 1 en un millón.
“Muy bajas, pero no nulas”, dijo Sridhar Basavaraju, quien fue uno de los investigadores en ese estudio y dirige la Oficina de Seguridad de Sangre, Órganos y Otros Tejidos de los CDC. Dijo que el riesgo de hepatitis B no detectada es ligeramente mayor “pero aún bajo”.
Al menos un alto funcionario de la FDA ha estado de acuerdo indirectamente. Peter Marks, quien dirige el Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, fue co autor de un informe el año pasado que decía que “tres meses cubren ampliamente” el período de ventana en el que alguien podría tener el virus, pero a niveles demasiado bajos para ser detectados por las pruebas.
Scott Haber, director de defensa de la salud pública en la Academia Americana de Oftalmología, dijo que la postura de su grupo es que la pauta de donación de tejidos “debería estar al menos más alineada” con la de las donaciones de sangre.
Kevin Corcoran, quien lidera la Eye Bank Association of America, dijo que los cinco años de abstinencia requeridos para los donantes de córneas que son gays o bisexuales no solo están “desactualizados”, sino que también son poco prácticos: obliga a familiares en duelo a recordar cinco años de historia sexual de un ser querido.
Esa es la situación en la que Moore se encontró en un día de julio de 2013.
Su hijo amaba el anime y los musicales. Era malo contando chistes pero bueno ayudando a las personas: Betts Jr. una vez reemplazó el dinero de cumpleaños perdido de su hermana pequeña con sus propios ahorros, contó ella, y eligió entusiastamente ser donante de órganos cuando obtuvo su licencia de conducir. Moore recordó haberle dicho a su hijo que ignorara el acoso de los intolerantes antigay en la escuela.
“Los niños del coro le habían dicho que iba a ir al infierno por ser gay, y que mejor se suicidara para ahorrarse el tiempo”, recordó.
Ese verano, lo hizo. En el hospital, mientras el personal médico buscaba señales de actividad cerebral en el niño antes de que muriera, Moore se encontró respondiendo una lista de preguntas de la Red de Donantes de Iowa, incluyendo: “¿AJ es gay?”
“Recuerdo muy vividamente decirles, ‘Bueno, ¿qué quieren decir con, “¿Era gay?” Quiero decir, él nunca tuvo sexo penetrativo,’” dijo ella. “Pero ellos dijeron, ‘Solo necesitamos saber si él era gay.’ Y yo dije, ‘Sí, él se identificaba como gay’”.
La Red de Donantes de Iowa dijo en un comunicado que la organización no puede comentar sobre el caso de Moore, pero agregó, “Esperamos sinceramente un cambio en la política de la FDA para alinearse con el enfoque más inclusivo visto en las pautas de donación de sangre, permitiéndonos honrar la decisión de todas las personas que desean salvar vidas a través de la donación de órganos y tejidos”.
Moore dijo que los órganos de su hijo ayudaron a salvar o prolongar la vida de otras siete personas, incluyendo a un niño que recibió su corazón y una mujer de mediana edad que recibió su hígado. Moore a veces intercambia mensajes con ella en Facebook.
Se enteró un año después que las córneas de su hijo fueron rechazadas como tejido donante debido a esa charla con la Red de Donantes de Iowa sobre la sexualidad de su hijo.
“Sentí que desperdiciaron partes del cuerpo de mi hijo”, dijo Moore. “Sentí profundamente que AJ seguía siendo acosado más allá de la tumba”.